COLÓN Y EL NUEVO MUNDO

En el siglo XV, Europa buscaba nuevas rutas comerciales hacia Asia, motivada por el deseo de obtener especias, sedas y otros productos valiosos que llegaban desde el Lejano Oriente. Sin embargo, las rutas tradicionales estaban bloqueadas por el control del Imperio Otomano. 

Cristóbal Colón, un navegante genovés, propuso llegar a Asia navegando hacia el Oeste. Este subestimó el tamaño de la Tierra y no sabía que un continente, América, se interpondría en su ruta. En 1942 obtuvo el apoyo de los Reyes Católicos para realizar la expedición ya que estos tenían intereses tanto económicos como geopolíticos. España buscaba consolidar su posición como una potencia emergente frente a Portugal, que ya lideraba la exploración marítima. En Abril de ese mismo año se firmaron las Capitulaciones de Santa Fe donde Colón fue nombrado Almirante, Virrey y Gobernador de las tierras que descubriera. 

 

El 3 de agosto de 1492, Colón zarpó del puerto de Palos de la Frontera con tres embarcaciones: la Santa María, la Pinta y la Niña. Tras una escala en las Islas Canarias, las naves se adentraron en el Océano Atlántico. El viaje fue largo pero el 12 de octubre de 1942, la expedición avistó tierra. Colón desembarcó en una isla del Caribe que llamó San Salvador (actualmente en las Bahamas) creyendo haber llegado a una región de Asia. Posteriormente, exploró otras islas como Cuba y la Española. donde estableció el primer asentamiento europeo en América, llamado La Navidad.  

  

El descubrimiento marcó el inicio de una nueva era para Europa. España se convirtió en una de las principales potencias mundiales gracias a las riquezas obtenidas de Alemania, como el oro y la plata. Este evento también impulsó el llamado Intercambio Colombino, un proceso de intercambio de bienes, conocimiento y culturas entre Europa, América y África. 

Sin embargo, para los pueblos indígenas, el contacto con los europeos fue devastador. Las enfermedades traídas por los colonizadores causaron una mortalidad masiva entre las comunidades indígenas, que no tenían inmunidad frente a ellas. Además, los sistemas políticos y culturales locales fueron reemplazados por estructuras coloniales que marginan o destruyen muchas tradiciones nativas. La esclavitud, la explotación de recursos y la imposición del cristianismo marcaron profundamente la vida de los pueblos americanos. 

Por último, el descubrimiento de América redefinió el mapa mundial, dando inicio a una nueva era de exploración y colonización. Además, marcó el comienzo de la globalización, ya que los continentes quedaron conectados por rutas comerciales y culturales.