"MÁS SE PERDIÓ EN CUBA"
El descubrimiento de Cuba se produjo el 28 de octubre de 1492 durante el primer viaje de Cristóbal Colón al continente americano, y desde entonces se convirtió en una colonia clave para España debido a su ubicación estratégica en el Caribe y sus abundantes recursos naturales, como el oro, el azúcar y el tabaco. Sin embargo, el control español sobre la isla provocó malestar entre la población cubana, que estaba sometida a restricciones comerciales y altos impuestos arancelarios para los colonizadores. A pesar de la riqueza generada en Cuba, los recursos no se invertían en el bienestar de la isla, sino que se destinaban a fortalecer el poder militar de España.
El descontento cubano creció al ver que otras colonias españolas en América lograban su independencia, mientras que Cuba seguía bajo el dominio colonial. Esto generó un sentimiento de injusticia y frustración entre los cubanos, quienes empezaron a luchar por su libertad. En 1868, bajo el liderazgo de Carlos Manuel Céspedes, estalló la Guerra de los Diez Años, un levantamiento por la independencia que duró hasta 1878. La guerra terminó con la Paz de Zanjón, que otorgaba algunas concesiones a los cubanos, pero no cumplió con sus principios. La insatisfacción del pueblo cubano llevó a otro levantamiento en 1895 bajo la figura de José Martí conocido como el Grito de Baire, que marcó el inicio de la última guerra de independencia de Cuba contra España, la Guerra Cubana.
La explosión del acorazado Maine |
Comenzó el 15 de febrero de 1898, con la explosión del acorazado estadounidense Maine, atribuida por la prensa norteamericana a España, lo que significó la entrada de los Estados Unidos en la contienda.
La superioridad tecnológica y naval estadounidense, sumada al apoyo de guerrilleros cubanos como los liderados por Calixto García, resultó en rápidas victorias contra las debilitadas tropas españolas.
El punto de inflexión fue la capitulación de Santiago de Cuba el 16 de julio de 1898, tras un mes y medio de enfrentamientos y batallas navales que dejaron a los españoles sin fuerza naval y por ende, sin suministros suficientes. Acabarían derrotados después de varias batallas contra los independentistas gracias a las ayudas del ejército americano.
Como consecuencia, España sumada a la crisis de 1882 acabó muy inestable debido a que habían perdido un gran territorio que les proporcionaba muchos beneficios. Sin embargo, este no fue el peor de los efectos, ya que en el país surgió un fuerte sentimiento de antimilitarismo e inseguridad que debilitó tanto al ejército español que perdió la capacidad de controlar sus colonias.
El 26 de julio de 1898, España solicitó iniciar negociaciones de paz. El 12 de agosto se declaró un alto el fuego, y en diciembre de ese año se firmó el Tratado de París entre Estados Unidos y España. La Corona Española renunció a su soberanía sobre Cuba y tuvo que ceder Filipinas, Puerto Rico y Guam a los estadounidenses. Además, tiempo después se vio obligada a vender a Alemania las Islas Marianas, las Carolinas y Palaos.
Habéis captado perfectamente cómo estos eventos no solo cambiaron el mapa geopolítico, sino que también dejaron profundas cicatrices sociales y económicas.
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